Pegarle al muñeco
"En lo personal, considero que el pueblo uruguayo no se merece tener una ley de impunidad como la que tenemos. Estoy absolutamente en contra de ella", "la considero absolutamente inconstitucional. Espero fervientemente como ciudadano uruguayo que el pueblo anule esta ley". Estos son fragmentos de los dichos de Vázquez en Costa Rica. Desde el momento que las pronunció fue conciente de lo que iba a generar. No obstante, como sucede con este tipo de declaraciones, se deja de lado al factor más importante para hurgar en el más sonante.
Efectivamente no hubo actor político de la oposición que no saliera a pegarle, ni figura de la izquierda que no lo respaladara. Estamos en campaña electoral y justo toca terriotorio discutido por ambos bandos. Desde fials nancionalistas se criticó que Vázquez no puede hacer esas declaraciones como presidente. Bordaberry se sintió casi que estafado porque él había apoyado todo el asunto del nunca más terrorismo de estado y anda mais.
EL problema principal no es lo que haya dicho Vázquez, que como bien señala buena parte del EP-FA-NM... no es nuevo y que además aclaró que lo hizo a título personal. El vericueto para el presidente es que ha caído en una flagrante contradicción. Si bien es cierto que ha dado vía libre para que el asesinato de Zelmar Michelini quedara excluído de la ley mencionada (además de movidas similares para otros casos); ya casi al final de su mandato, no ha promovido la discusión en el Parlamento para buscar derogar la la ley de caducidad, aspecto que tanto se le reclama desde los gremios sindicales ( y que está incluído en el famoso programa de la izquierda). Y eso no sería tanto problema si no fuera porque Vázquez no se la pensó dos veces y bajó el hachazo con el artículo que habilitaba la posibilidad del aborto en la ley de defensa de la salud sexual y reproductiva.
Hubiera siginificado una crítica mucha más lógica e innovadora de la oposición detenerse sobre este paso en falso de Vázquez, más que hacer olas sobre el tema de lo que puede o no puede decir o hacer el presidente que ya está bastante gastado. Por su parte, Vázquez hubiera podido emplear el mismo camino que empleó con el aborto con la Ley de Caducidad si considera que la ciudadanía uruguaya no merece dicha ley.
Efectivamente no hubo actor político de la oposición que no saliera a pegarle, ni figura de la izquierda que no lo respaladara. Estamos en campaña electoral y justo toca terriotorio discutido por ambos bandos. Desde fials nancionalistas se criticó que Vázquez no puede hacer esas declaraciones como presidente. Bordaberry se sintió casi que estafado porque él había apoyado todo el asunto del nunca más terrorismo de estado y anda mais.
EL problema principal no es lo que haya dicho Vázquez, que como bien señala buena parte del EP-FA-NM... no es nuevo y que además aclaró que lo hizo a título personal. El vericueto para el presidente es que ha caído en una flagrante contradicción. Si bien es cierto que ha dado vía libre para que el asesinato de Zelmar Michelini quedara excluído de la ley mencionada (además de movidas similares para otros casos); ya casi al final de su mandato, no ha promovido la discusión en el Parlamento para buscar derogar la la ley de caducidad, aspecto que tanto se le reclama desde los gremios sindicales ( y que está incluído en el famoso programa de la izquierda). Y eso no sería tanto problema si no fuera porque Vázquez no se la pensó dos veces y bajó el hachazo con el artículo que habilitaba la posibilidad del aborto en la ley de defensa de la salud sexual y reproductiva.
Hubiera siginificado una crítica mucha más lógica e innovadora de la oposición detenerse sobre este paso en falso de Vázquez, más que hacer olas sobre el tema de lo que puede o no puede decir o hacer el presidente que ya está bastante gastado. Por su parte, Vázquez hubiera podido emplear el mismo camino que empleó con el aborto con la Ley de Caducidad si considera que la ciudadanía uruguaya no merece dicha ley.
