miércoles, 5 de mayo de 2010

Cuestión de dimensiones

Se equivoca el presidente Mújica cuando traza el paralelismo entre los costos políticos que cada gobierno deberá pagar para zanjar el conflicto binacional con Argentina. No es equiparable el cambio de postura uruguayo y la eventual negociación que el gobierno de Fernández de Kirchner hará con los asambleístas de Gualeguaychú.

En el primer caso, era una posición compartida por todo el espectro político (algo bastante particular) y por la mayoría de la sociedad uruguaya. No se debía ceder ante la voluntad del gobierno argentino para que Néstor Kirchner fuera electo secretario de la Unasur a cambio de una negociación con los ambientalistas. Así lo entendió Vázquez, que se mostró siempre abierto a buscar una salida, pero no a votar al ex presidente. Mújica, en cambio, movió ficha.

Por su parte, el gobierno argentino tendrá que tranzar con un grupo de personas que tienen cada vez menos apoyo. Los reclamos de los asambleistas no tienen tanto peso en el resto de la Argentina. Incluso los propios diarios nacionales no le dan tanta bolilla. Basta ver las primeras planas de La Nación o Clarín de la mañana del fallo, no estaban en un primer orden de noticias. Los propios habitantes de Gualeguaychú se muestran cada vez más reacios al corte.

Mújica quedó atado a la buena voluntad de Crisitna Fernández para devolverle el favor que el presidente uruguayo le hizo ayer. Mújica deberá aprender a calibrar en su justa medida sus actos y palabras. La diplomacia no es igual a la filosofía. No es lo mismo ser un libre pensador sin una responsabilidad grande detrás, que ser el presidente de todos los uruguayos.

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