sábado, 21 de abril de 2007

Si ven nenes de papá, empiecen a cubrirse.

Asumo que fue una reverenda ingenuidad de mi parte, que nunca debí quejarme de los 20$ que te cobraban por cuidarte la ropa y afirmar que era un robo (lo sigo pensando), aún sabiendo que a un allegado le robaron el celular en una zona de plata (José Ignacio) de la misma forma. A pesar de todo eso, dejé mi celular y la billetera en un bolsillo de mi campera de lluvia en un rincón del Carrasco Polo. Iluso de mí pensar que una banda de nenes de papá (o mamá, varía según la escuela donde se aprendió el término), nenes ricos o el calificativo que el lector suela usar para referirse a estos individuos, nunca fueran a revisar esa campera.

De hecho lo hicieron, con tal precisión que se encargaron de dejarme tirada la billetera con mi cédula de identidad (gente comprensiva vieron). Está claro, los 280$ que me quedaban para volver a casa desaparecieron. Es de caballeros afirmar que me dejaron los 4,50 $ del vuelto del ómnibus, fuera a ser que me dejaran pelado. También desapareció un mísero celular que lo único que tenía de brillante era su pantalla que además era de color. No tenía más nada de grandilocuente, ni cámara, ni mp3 ni ninguno de los chiches. Continuando en su linea de caballerosidad, me dejaron un viejo mp3/usb totalmente analógico, que se ve que pensaron que era muy grasa, aún si lo robaban.
Sí, ya sé Pepe, soy un nabo,
pero por favor no me hagas
una analogía con los
zapallos.

Ya asumí mi parte, soy un terrible nabo, pero: ¿Y estos nenitos? Muchos de ellos, inclusive, deben asistir al club mencionado. Son gente que luego llora porque tuvieron un encuentro cercano del tercer tipo con gente que vive en condiciones bastante más desfavorables.
D
iscriminan y llaman a la policía cuando los afanan, pero ellos hacen lo mismo. Ladrones de guante blanco, está claro que no precisan el montante de dinero para poder subsistir. De hecho, estoy seguro que esa guita se la patinaron o se la están patinando ahora mismo en bebidas alcohólicas. Para ellos una nimiedad, pero de seguro que a la señora que pasa a pedirles una limosna por la puerta de sus lujosas casas es una salvación. Allá ellos, lo que pasa que lamentablemente estos energúmenos son los que, gracias a esa plata que tienen y no precisan robar, van a dirigir los hilos de este país. Muchos de estos guachitos son los Peirano del mañana, la perdida de códigos no hace excepción por clases sociales. Porque hoy roban 280$, mañana te dejan en blanco un banco entero.

Así que ya saben, si ven a un grupo de bebés vestidos con una camisa polo o una
remerita zara empiecen a guardarse bien sus cosas. Dos conclusiones finales que les deja este humilde y atolondrado servidor: paguen la ropería aunque les salga 50$ (yo ya lo aprendí) y número dos no dejen abandonadas sus cosas aunque sea en el interior del edificio del FBI.

P.D: Antes que pregunten: No, no nací en un repollo; Sí, me pueden tildar de nene rico aunque yo no tengo las opciones de poder que ellos tienen y mi presencia en dicho evento se debió más bien a no seguir incrementando mi aislacionismo social.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

tu post es un lugar común atrás del otro...

Nicolas dijo...

Sí, tenés razón.Ya asumí que soy bastante ganso en mi vida por lo tanto también cuando escribo.¿Para que te voy a mentir? Seguramente que si el post lo hubiese escrito en otro momento, no hubiese descargado toda la bronca y me hubiese salido peor aún. Naturalmente no tengo la capacidad de inventar cosas nuevas, menos aún cuando vengo de ser robado (parece que vos sí). Hago lo que puedo y estoy abierto a que me des algún consejo que tengas para que me quede 10 puntos la próxima.
De seguro lo que buscas se llama Darwin Desbocatti y va de 9:40 a 10:05 por Océano de lunes a viernes.

Charles Bronson III dijo...

Sensacion termica diria Diaz.............

Nicolas dijo...

¡Qué grande Díaz! Viste, yo me confié con los numeros que me pasaron desde el ministerio y resultado visto.

www.servicont.com