viernes, 7 de septiembre de 2007

Sabor a poco

Que un tipo vaya a prisión como máximo seis años por ir contra el artículo nº1 de la ley 17.815, referente a violencia sexual, comercial o no, contra la gurisada parece poco. Que la pena más alta de dicha ley sea de 12 años es insuficiente. ¿Y los afectados qué?

Porque a este hijo de remil putas (perdón por el eufemismo) habría que hacerlo pagar. Y no con una pena de seis años de cárcel, que con un buen abogado (cosa que para este microbio es fácil de conseguir) y buena conducta se reduce manso. 6 años no son nada, los involucrados y sus familiares lo van a sentir por toda su vida este golpe. El muy cabrón tiene la jodida guita, entonces que la ponga.

Hay que hacerle pagar el tratamiento psicológico, psiquiátrico y de cualquier otra índole que precisen todo los gurises afectados y sus allegados. Porque no es sólo la 17.815 es utilizar el Código de la niñez en sus artículos 22 inciso d, 130 y 131 referentes a violencia ejercida sobre el niño. Para mentes enfermas como la de este lunático, que lo manden en cana no significa nada. Hay que tocarlo donde le duele.

Las leyes se redactan para ser ejercidas como se debe, no para llenarse la boca con la lectura de ellas sólo cuando se acercan el día del niño o el día de aquello. Sería bueno que la justicia, los políticos y los medios de prensa lo tomaran en cuenta.

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