sábado, 1 de septiembre de 2007

Sale con feijoada



La reciente adquisición de Saman por parte del grupo brasileño Camil SA no hace más que sumar otro caso que demuestra la escasa legislación que existe en cuanto a la regulación de compra de tierras en territorio nacional así como de las empresas locales. Porque no es sólo el desembarco masivo de grupos vinculados a la forestación, es también la adquisición de empresas nacionales que tienen colocación en mercados de difícil acceso (léase Medio Oriente o China) y que en muchos casos reportan cuantiosas sumas de guita.

Tomando por caso la industria arrocera, de acuerdo a un informe de la Asociación de cultivadores de arroz (ACA) en 2006 la exportación de arroz reportó ingresos por 144.774.000 de dólares. Saman lidera colocando el 50% de la producción destinada a la exportación (Sólo el 6% de la producción total de arroz es para consumo interno). Lo secunda Casarone, pero recién con un 16%. De acuerdo a cifras del MGAP correspondientes a 2005, la participación de Brasil en las exportaciones representa un 13%, frente a un 4% de Perú y un 9% del incipiente mercado iraní. Sin embargo, es donde menos se paga por tonelada. En promedio se pagaron 270 dólares por tonelada, frente a 299U$S en Irán o 320U$S en Perú.

Si se agranda el gráfico se puede apreciar que Brasil no puede abastecer su mercado interno y precisa importar. El país norteño tiene una política proteccionista, sobre todo con los productores de Rio Grande do Sul. A pesar de ello, Brasil importa el arroz de Tailandia o EEUU a precios muy por encima de los manejados en la región. Esta situación, de acuerdo a la ACA, produjo el descenso de los precios pagados por tonelada (¿cómo competís contra un país que otorga subvenciones?).

Con la compra de Saman, en el sector arrocero, queda sólo Coopar como compañía 100% nacional. Casarone tiene capitales árabes y españoles y algunas otras chicas poseen también participación foránea. Los precios en Uruguay se fijan entre productores e industrias. Hay que ver cómo repercute la compra de Saman por parte de los brasileños.

Con este panorama es atendible la preocupación de los arroceros. Quizás también debería tenerla Mujica que, aunque no es arrocero, es ministro de ganadería y para más inri su sector es mayoría en el parlamento. Entonces más que opinar tendría que ponerse manos a la obra para cuidar, aunque sea un poquito, el "país productivo".


Foto:
http://www.barralink.com.br/jaraujo/imagens/feijada.jpg
Gráfico: Publicación del MGAP

Fuentes:
El País
Espectador
MGAP
ACA: 1, 2




No hay comentarios:

www.servicont.com