Fiscalazo

"Está bien, pero no es lo que esperaba". Fue una de las tantas frases que dejó el presidente Vázquez en charla con los medios de prensa. Un rato antes, Enrique Rubio (figura ascendente si las hay) había declarado en la misma tónica. La respuesta del sector de Asamblea Uruguay no se hizo esperar.

Primero fue Danilo Astori que reconoció con un lacónico: "completamente de acuerdo", quizás buscando evitar mayores repercusiones sobre el hecho. Sin embargo, Carlos Baráibar del sector del ministro de economía se despachó con algo subyacente, pero que si se analiza corre por el mismo carril. Declaró que le sorprendía que ministros designados por Vázquez para cumplir una función discutieran sobre el tema "cuando la fuerza política y el gobierno han dicho que no es tiempo de candidaturas". El acercamiento de Astori con los sindicatos significa que el ministro está abriendo el abanico hacia el sector que más se ha opuesto a su gestión. ¿Eso no es hacer candidatura también?

El propio Baráibar junto a Alberto Cid votaron en contra de la despenalización del aborto. El primero alegó razones de índole personal, vinculadas a los valores cristianos que le fueron inculcados. El segundo mientras tanto afirmó que era para no complicarle la vida a Vázquez (un veto significa para Vázquez firmar un documento y nada más), el caso de Cid fue el más sorprendente. Siempre estuvo a favor, votó en contra y hoy manifestó que estaría dispuesto a votar a favor en caso que el presidente de la República habilite un referéndum. Un voto castigo a las restantes fuerzas del EP-FA-NM... y un desafío a Vázquez.

Las últimas movidas de Asamblea Uruguay muestran un corte respecto a los restantes sectores de la coalición de gobierno. Mientras la Vertiente Artigusita intenta sumar adeptos para una posible candidatura, el grupo de Astori pasa por un momento de ensimismamiento (que se rompe parcialmente en algunos casos, como cuando Gargano se mostró también contra de la reelección). Aunque la posición de Astori es bastante fuerte, puede resultar contraproducente para los intereses electorales del ministro este fiscalazo (y no precisamente económico) que ha adoptado su sector.