lunes, 18 de febrero de 2008

Se terminó el Viprotal

Que al año y medio, que a los dos años, al final, cuando se cumplan tres años de gobierno del EP-FA-NM... se producirá el afamado cambio (parcial) de gabinete. A diferencia de lo que pasaba con blancos y colorados o en el gobierno de Bachelet o de Kirchner, en este caso fue un cambio sin que mediara alguna crisis sino más bien por desgaste. Algunos de los ministros salientes volverán al Parlamento a chochear un poquito más, otros se retiran para sus casas como deberían haber hecho bastante antes.

Especialmente era hora que el canciller se fuera, yo no lo quiero en el parlamento, me resulta un político demasiado reaccionario y extremadamente pedante en sus declaraciones y su andar. Desde que está en cancillería planteó su propio camino, que iba contra lo que quería Astori, quien contaba con el apoyo implícito del presidente. Tan es así, que a Gargano se lo mandaba a negociar a Rusia por limones y naranjas mientras que Gonzalo Fernández, hombre de confianza de Vázquez, negociaba en Estados Unidos por el TIFA (¿TLC?) y con Argentina por el conflicto interminable. Por eso no sorprende su nominación, siempre fue en parte canciller. Que sea Vaz el subsecretario responde a la lógica que siguió Tabaré Vázquez cuando hizo los primeros nombramientos en su gabinete. Un hombre estrechamente vinculado a asuntos internacionales con carrera "custodiará" a Fernández, claro está que este último es el que aplicará las decisiones de Vázquez. Hay que ver que pasa con la inserción de Uruguay, si se estrechan lazos con USA o por el contrario, como quiere Gargano, se sigue la línea errática actual.

En defensa Berrutti se quería ir para la casa hacer rato (podrida que el testarudo de García lo estuviera llamando al parlamento por asuntos vinculados a Venezuela). Bayardi asumió un cargo que ya venía desempeñando en los hechos. Que sea Menéndez el subsecretario es correcto, es un poco como en Interior cuando asumió Tourné, el diputado ya estaba vinculado a asuntos de defensa. Lo de Brovetto es claramente limpiarle el camino para que asuma la presidencia de la coalición y que no se siga posponiendo el congreso frenteamplista. Simón ya fue decana de ingeniería y ahora le toca bailar con la Ley de Educación que le queda al EP-FA-NM....

Lo que fue lamentable fue el juego de poder que quiso jugar Michelini y su gente. Casi sin respaldo electoral quería sí o sí colar a su hermano como ministro aduciendo que era elemental (¡¿?!) dicha medida. Entonces lo dejaron esperando a Tabaré Vázquez a ver si seguía o no Felipe Michelini como subsecretario y encima se llevaron de arriba la presidencia de Antel. Verdaderamente no sé quién piensa que es Michelini pero va de sobradito. Es difícil dejar de lado que el tipo es hijo de Zelmar Michelini y que es más bien usando la imagen del padre que está donde está y no por méritos propios. ¿Por qué es difícil? Separado de la coalición de izquierdas no lo votaban ni los perros. Ahora estando dentro aumentó algo su caudal pero ni siquiera su alianza con el MPP le resultó rentable, además un ex correligionario se lo quiere llevar para el juzgado por asuntos poco claros entre ellos. De por medio está el circo con Álvarez y Bordaberry en el que entró como un novato, cuando si lo hubiera dejado pasar mejor parado hubiera quedado. Su presencia en semejante pelotudez mediática fue un desatino para su carrera política, y personalmente creo la figura de su padre no se iba a ver desacreditada ante semejante imbecilidad como fue esa emisión de Zona Urbana. Es hora que asuma que es un convidado de piedra en la coalición, debería agradecer que su sector tenga a un miembro como presidente de un ente y a otro como subsecretario y dejarse de histeriqueos tontos.

En fin, volviendo a los cambios se fue Mariano "Cisne de cuello negro" Arana, que cuando la mano se puso brava se vio superado en la cartera de vivienda. No es un hábil declarante (recordar el amague del arranque de Botnia), lo superó el asunto celulósico y se mostró bastante intransigente con las cooperativas como puede ser el caso de Fucvam. Tuvo también un conflicto con Ricardo Muttoni (ex director del PIAI, de filas del MPP) que terminó con el alejamiento de Muttoni. La designación de Couriel parece ser un gol de media cancha del MPP, quien devuelve la pelota. Veremos qué pasa con Colacce. Se terminaron los discursos rimbombantes de José Mujica y ahora el "asado del Pepe" será el "asado del Flaco" que seguirá como ministro como apuntaba periódicamente el propio Mujica. Lo que resulta interesante es lo de Berterreche, hombre de confianza de Mujica pero que manifestó en sendas notas con la diaria que se oponía a un modelo celulósico y que muchas veces se jopeaba a la Dirección Forestal en cuanto a la llegada de inversionistas celulósicos. Por último en Industria asumió Martínez que extraoficialmente ha asegurado que se intentarán estrechar los vínculos con Venezuela, aprovechando que se queda Sendic en Ancap. Huele a que Ponce de León en OSE aportará sus conocimientos en cuanto a saneamiento para el interior (ya es hora de esto).

Parece que el presidente Vázquez decidió permutar el hospital geriátrico que tenía por un equipo de ministros de su confianza ya que además de los designados quedaron los que son más vazquistas que Vázquez, como ser Arismendi, Muñoz, Tourné, Lescano, Bonomi y Rossi. Que estos días tuvo que sacar otros milloncitos para la espectacular asociación con Leadgate como consecuencia del déficit que arrojó Pluna en 2007. Pero shhh!!! No griten que los abuelitos se fueron a dormir.

2 comentarios:

Charles Bronson III dijo...

La ida de Arana aparte de que estuvo pintado como la Gioconda en su paso por el MVOTMA, me huele a que vamos a protegerlo con fueros parlamentarios de la salpicada cuando explote la bomba de mierda que va a tirar Bengoa.....

Nicolas dijo...

Puede ser, aunque viste que tanto él como Muñoz enseguida se prstaron a que les invesigaran las cuentas. Creo que ya pasaron la escoba hace rato.

Sin embargo, puede darse eso que decís porque lo único que creo que va hacer Arana en el parlamento es levantar la mano para votar por disciplina partidaria.

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